En el Corazón de América crecen los
gigantes como crecen las Sequoias en el norte.
Las Sequoias son árboles enormes que
tardan en crecer totalmente, y cuyas semillas necesitan de un gran incendio
para que las cubiertas se tuesten con el fuego, y así éstas se resquebrajen
dando paso a la humedad de las lluvias que iniciarán el proceso de germinación.
Lo demás solo consistiría en buscar, cada vez más y más sol.
Dios lo quiso de ese modo, y con el
proceso evolutivo permitió que esto resulte así, para deleite de los pieles
rojas que abundaban a su sombra.
Los gigantes del sur ya tuvieron su
gran incendio en la casi extinción de una raza milenaria, que seducida
inicialmente con mentiras, espejitos y coloridas cuentas de vidrio, terminaron
diezmados por vecinos(1865-1870) ávidos de la grandeza ajena, intrigantes
consuetudinarios (Tratado Secreto), que prometiendo una cosa, terminaron
haciendo otra.
Hombres de todas las razas y
nacionalidades, uruguayos, argentinos, colombianos,… escribieron poemas y
cantaron loas al hombre de bronce, cultor de la paraguayidad, para unir sus
voces al clamor universal, en protesta por el holocausto de un pueblo inocente
que solo anhelaba madurar su propia grandeza con paz y dignidad.
Para aquel entonces Paraguay era la
nación más avanzada de América, una verdadera locomotora-guía, hecho que
despertó la envidia que terminó en genocidio.
Lo hecho, ya hecho está, y tras
añares de sufrimientos agónicos, hoy la América toda celebra la bonhomía, la
hospitalidad y la grandeza moral y espiritual del nuevo hombre paraguayo en pos
de su propio destino,… liderar una vez más, para bien de todas y cada una de
las naciones que componen este emergente “polo de poder”, cuya estrella
comienza a brillar indiscutiblemente, cada vez con mayor fuerza.
....
El águila jamás se cansa; descansa sobre la marcha, en pleno
vuelo, planeando; alimentado con la energía que abunda en las alturas donde
moran sus iguales, los elegidos, los gigantes espirituales y morales que
escriben la historia de “dos corazones gemelos”.
Ningún águila se cansa, y el TAGUATO RUVICHA mucho menos,
porque su vitalidad se mece en las corrientes vivificantes que sustentan su razón
de ser y hacer grandeza, persiguiendo la excelencia, la meta de los dioses.
Nunca de los nuncases y jamás de los jamases, claudicará en
su empeño de volver a ocupar su merecido sitial al sol, y con su ejemplaridad
nos guiará por los senderos de la paz, la justicia y la libertad, alentando sin
dudas ni desmayos, para que todos los paraguayos podamos acertadamente…..
“LUCHAR y LUCHAR
para
VENCER y VENCER”
G.E.B.Y 86.231
769/82
Todo tuvo su razón de ser antaño, cuando los españoles se cruzaron con las nativas guaraníes;se hecho a andar la gran rueda del destino que sin detenerse ni desaparecer en aquel incendio que duró cinco años, dió hombres nuevos, endurecidos pero sensibles, generosos pero no débiles,comprensivos pero no estúpidos, los auténticos paraguayos
ResponderBorrar.....LOS HOMBRES DE BRONCE
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Desde hoy, y hasta que Dios diga basta, el águila imperial guaraní, el más poderoso de la tierra, el TAGUATO RUVICHA habla y seguirá hablando a los
ResponderBorrarHOMBRES DE BRONCE, por mi intermedio.
Para ello ''' se buscan compatriotas ávidos de paraguayidad, y sedientos de dación y entrega a la causa nacional ..VOLVER A SER POLO DE PODER y LOCOMOTORA-guia de este singular rincón americano
ResponderBorrarExcelente!!!! Mis respeto siempre a usted Don Bader
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